02 febrero 2014

ARQUITECTURA DOMÉSTICA EN EL ANTIGUO EGIPTO

Por Carmen Lacasa 

Pirámides de enormes dimensiones, tumbas llenas de riquezas, templos dedicados a los dioses, templos de los millones de años… Es lo que vemos de las construcciones del Antiguo Egipto. Son las obras que nos han llegado a nosotros por estar construidas en piedra o excavadas en la roca.
Pero los egipcios no vivían allí. Este post está dedicado a las construcciones más domésticas: las viviendas.

Fuentes de documentación
La información sobre la arquitectura doméstica egipcia nos llega a través de los datos de las excavaciones y también por las reproducciones a escala reducida (entre 1:25 y 1:40 más o menos) de viviendas auténticas halladas en las tumbas como objetos mortuorios, sobre todo en los primeros años del Reino Medio (2050-1760 a.C.). Estas maquetas tridimensionales se realizaban en terracota o madera y cumplían la misión de preservar los elementos de la vida del difunto en el más allá.
Son reproducciones idealizadas, pero a su vez muy realistas, y son un gran fuente de información ya que pueden compararse con las tipologías edificatorias que aún se realizan en el Valle del Nilo y en África central y occidental. En la mayoría de estas maquetas se puede apreciar la existencia de un patio, de un hogar y, a veces, de una escalera que conduce a un segundo piso o a una terraza.
Material de construcción
El material empleado en la construcción de las viviendas, tanto las de los nobles como las de los obreros, era el adobe. Fabricaban estos ladrillos mezclando barro del Nilo junto con arena y paja; con unos moldes de madera daban forma a cada uno de los ladrillos; y después los dejaban secar al sol, sin cocción alguna. En algunas ocasiones, estos ladrillos de barro llevaban impreso el nombre del rey gobernante.
El barro era obtenido con facilidad, ya que con cada crecida, el Nilo facilitaba depósitos de cieno. La arena la obtenían del desierto. Y la paja, de la gran cantidad de cereales que cultivaban.
La mezcla del barro, arena y paja proporcionaba un material constructivo con un gran aislamiento térmico, cuestión indispensable en un país con altas temperaturas y grandes contrastes entre día y noche.
Fabricación de adobes. Fuente: http://www.egiptologia.com/
Al ser éste un material de construcción degradable, no se ha conservado prácticamente nada de la arquitectura doméstica realizada con él, aunque existe también otro factor influyente en esta desaparición: la ubicación de las edificaciones. Por cuestiones funcionales y de creencias, las tumbas y templos se construían en el desierto, lejos del valle del Nilo y de su área de inundabilidad; lejos, por tanto, del nivel freático. Sin embargo, la arquitectura cotidiana (casas, chozas, establos, talleres, etc.) se construía en el mismo valle, en la zona húmeda, dentro del área de inundabilidad. La humedad iría degradando las viviendas con el tiempo, viviendas que serían reconstruidas sobre las anteriores, de la cuales solo quedara, probablemente, una colina de barro. Es por ello, que cualquier excavación arqueológica en este sentido resulta una ardua y costosa tarea.  
Tipos de construcciones
Las construcciones en adobe presentan una serie de características comunes: muros exteriores en talud como rasgo estético definitorio, haces de juncos para reforzar las esquinas, coronas de hojas de palma en lo alto de los muros de adobe o ventanas pequeñas para impedir la entrada del sol, entre otras.
Podemos encontrarnos diferentes tipos de construcciones: refugios sostenidos por postes destinados a ofrecer sombra, graneros con cubiertas en forma de bóveda de medio punto o de cañón, casas de obreros y casas de nobles. También había granjas con establos, gallineros, lagares para hacer vino o talleres para actividades artesanales (carpintería, tejeduría, alfarería).
Los establos eran construcciones ligeras hechas de madera y esteras, destinadas a ofrecer sombra a los rebaños. En esta maqueta de la dinastía XI, de principios del Reino Medio, podemos ver la cubierta sobre soportes ligeros realizados con tallos de plantas.
Los graneros se construían cerca de los grandes asentamientos y se realizaban con cubiertas en forma de bóveda de medio punto o de cañón, contradiciendo a aquellos que señalan que los antiguos egipcios no conocían el arco o la bóveda.
Las casas obreras eran las más simples; tenían un patio interior vallado y una única altura, aunque era muy habitual que existiera una escalera que llevaba a la terraza, donde solían dormir o tomar el fresco en las épocas más calurosas. Las azoteas siempre eran planas. En el patio solían guardar la comida y cocinar.
Casa obrera. Fuente: http://www.adevaherranz.es/
Los ricos vivían en grandes villas con jardines exuberantes y estanques repletos de peces. Las plantas, los sicomoros y el agua embellecían las residencias a la vez que daban sombra y frescor a los ambientes. Algunas de estas casas contaban un segundo nivel habitable. Las entradas podían estar marcadas por columnas policromadas con capiteles en forma de flor de loto.
Las estancias principales eran una sala de representación, las habitaciones privadas y los cuartos dedicados al servicio, como cocinas, bodegas, despensas y lavaderos.
Maqueta de la casa de Meketre. Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/
En el interior de una casa típica de un egipcio acomodado la estancia principal estaba un poco alejada de la cocina, para evitar los olores. Algunas habitaciones tenían su propio baño y lavabo. Las paredes y los techos de estas casas estaban pintados con dibujos alegres, a menudo motivos geométricos o vegetales.
En las casas egipcias había pocos muebles.
Las mesas eran escasas y es frecuente ver en los frescos personas sentadas en el suelo, sobre esteras, con las piernas cruzadas. Solamente los ricos tenían sillas. Tanto las mesas como las sillas eran bajas y anchas, con patas en forma de garra de león o pezuña de toro. Tenemos que recordar aquí que estos diseños de pata se han mantenido hasta ahora, sobre todo en el mobiliario clásico.
La mayoría dormía en bancos empotrados en las paredes; solo los ricos tenían camas. Estas camas estaban hechas con madera de ébano y con motivos florales.
Las lámparas y los jarrones se colocaban en soportes de madera.
Muebles del dormitorio de Tutankhamon. Fuente: British Museum
Bes era la divinidad del hogar, muy popular durante en Reino Nuevo. Se le representa medio enano, medio león, con rasgos feroces, barba en abanico, enseñando una larga lengua. Vestido con una corona de plumas, llevaba también un cuchillo y un instrumento musical, ambos para ahuyentar los malos espíritus.
Dios Bes en el Templo de Dendera. Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/
Bibliografía:
Cervelló Autuori, Josep y Lull, Jose “Las dinastías faraónicas”
Steedman, Scott “El imperio Egipcio”. Ed.Tiempo
Fassone, Alessia y Ferraris, Enrico “Egipto”. Ed. RBA
Wildung, Dietrich “Egipto. De la prehistoria a los romanos”. Ed. Taschen
 
 
 

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